Me
gustaría recordar que, como he dicho en otras ocasiones, Lena Valenti es de mis
autoras favoritas. Y una vez más aquí vuelve a conseguir emocionarme y
disfrutar.
También
quiero comentar que esta es la segunda parte de una bilogía que empezó con ¿Y
tú qué harías si…? Que a continuación dejo el enlace de mi recomendación. Creo
que no deberíais leeros esta segunda parte sin haber leído la primera, es
fundamental ya que se entiende así mucho mejor lo que está ocurriendo con los
personajes.
Olivia
y Zac están pasando por su separación de forma diferente pero a la vez muy
similar: están sufriendo, culpan al otro, se culpan a sí mismos, se echan de
menos, pero sus orgullos no les permite que hablen con franqueza y los dos se
van rompiendo poco a poco. A partir de aquí el libro cuenta la evolución de
estos personajes, la forma de afrontar los acontecimientos que sucedieron en la
primera parte de la bilogía.
Lo
que plantea la autora en este libro es que en una ruptura no hay un único
culpable, sino que son los dos miembros de la pareja los que cometen errores,
aunque siempre es más fácil de primera culpar al otro. En este libro se va
viendo como tanto Zac como Olivia van dándose cuenta de sus propios errores,
aunque les cueste dejar de pensar que ellos han hecho todo lo posible y sea el
otro el que le ha traicionado.
Este
libro me ha gustado más de lo que pensaba, ya que aunque Lena Valenti es de mis
favoritas, pero dejando de lado lo último que leí de ella (El diván de Becca,
una obra llena de humor y amor) esta es lo contrario, habla del desamor, de
cómo el “fueron felices para siempre” no es algo sencillo. Nos recuerda que el
amor hay que cuidarlo, no darlo por sentado.
De
lo que más destaco es la forma que tiene de crear personajes: personas que no
son buenas ni malas, sino que reacción cómo haría cualquier persona en una
situación parecida. Podremos estar de acuerdo o no, parecernos mejor o peor,
pero son humanas, con cada error y con cada acierto.
Y
también nos recuerda que en cada conflicto siempre hay dos partes, y que es
mejor ponerse en el lugar del otro muchas veces para entender determinados
comportamientos. Nada es blanco o negro, siempre hay miles de grises en cada
situación.
Así
que sí, recomiendo este libro siempre y cuando
primero se lea “¿Y tú qué harías si…?”, a mí me ha dado mucho en qué
pensar.
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