Segundo
libro que leo de esta gran autora. El que me leí anteriormente me encantó así
que estaba deseando tener en mis manos otro título. Y me decidí por éste, ¿por
qué? me gustó el título y la sinopsis y de nuevo mi instinto lector no me falló
¡todo un acierto!
Un
día, a casa de Alba llegan tres hermanos que han perdido a sus padres y deben
vivir con su abuela. Alba es muy pequeña y no entiende lo que ocurre, solo sabe
que quiere ayudar a su nuevo amigo Nacho para que no esté tan triste. Ahí
empezará algo más que una amistad, crecerán como hermanos que no pueden vivir
el uno sin el otro.
Pero
crecen y la vida no siempre es como uno espera. Hay momentos preciosos y otros
no tan bonitos que les harán plantearse muchas cosas. Los dos seguirán sus
caminos y aprenderán las lecciones que enseña la vida y sobretodo aprenderán a
superarse a sí mismos, a equivocarse y rectificar, a levantarse cuando alguien
se cae y sobre todo a luchar, a no rendirse, a no dejarse llevar.
Me
ha encantado el libro y me ha parecido muy novedoso. El estar escrito a lo
largo de la vida de la protagonista observas diferentes épocas: desde los locos
80 hasta los novedosos 2000. La evolución en los peinados, en las formas de
pensar, en las modas, incluso en la música. Creo que la autora lo refleja de
maravilla. Y creo que se subraya la importancia del tiempo, como hace que cada
uno finalmente descubra su camino y salga la verdadera cara de las personas, de
las buenas y de las no tan buenas.
Pero
sobre todo porque yo estaba convencida que iba a ir por un lado y ¡nada más lejos!
(menos mal que no leí la contraportada porque creo que cuenta demasiado y
desvela sorpresas) El argumento da un gran giro alrededor de la mitad y lo hace
aún más interesante si cabe.
Pero
también es un libro duro. No es lo que en un principio esperas si solo conoces
a Megan Maxwell de oídas. Con esta historia te das cuenta de lo versátil que es
y de que no se puede encasillar a las personas y a los autores. Hay que darles
una oportunidad y muchas veces, como en este caso, te sorprenderán
positivamente por la cantidad de emociones que te remueven por dentro.
Porque
este libro va del amor, pero no sólo del amor precioso que se encuentra en una
pareja, sino también en el amor que te da la familia, ese amor incondicional que
no te falla. Pero de la verdadera familia, no de sangre, sino de lazos que se
han ido creando a lo largo de los años: la familia que tú eliges y que te elige
a ti.
Acerté
de lleno al comprarme este “Cuando el cielo se caiga”. Y en estos momentos de
estrés que estoy viviendo me ha enseñado que hay que disfrutar de la vida, ser
fuerte y luchar, a no dar más importancia de la que tienen a cosas que no son
importantes. Y sobre todo a valorar los buenos momentos y a saber sonreír. Así
que si te apetece leer un libro motivador, necesitas que te den motivos para
levantarte cada mañana, éste es ideal.
Ya
por último me gustaría comentar aquí que no me gusta leer los resúmenes de los
libros y ni siquiera las contraportadas, porque como he dicho antes, en mi
opinión en este caso se desvela demasiado. Me gusta dejarme sorprender, ver por
dónde va a ir, hacerme mis cábalas y equivocarme… Por eso no me gusta poner
resúmenes aquí en el blog. Y éste es un libro en el que en cada página me ha
dado un vuelco el corazón, por cada giro, cada suceso, cada experiencia que han
ido viviendo los protagonistas…
Megan
Maxwell lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a crear una maravillosa historia con
personajes que no podré olvidar. Y cuando el cielo se caiga…
“La sangre te hace pariente,
pero solo la lealtad y el amor te hacen familia”